De nuevo, la sequía

 La sequía, una constante en el clima mediterráneo

El clima mediterráneo se caracteriza por largos períodos de sequía y por lluvia torrencial en pocos días. En la actualidad, España sufre una sequía que en algunos lugares ha obligado a establecer restricciones. La situación, no obstante, no es nueva. Así pues, a lo largo de la historia se han vivido momento y épocas de sequías prolongas y duras, con sus consecuencias económicas, y también posibles soluciones, algunas de ellas de rabiosa actualidad. 

Embalse de Yesa, Aragón, 2016.

Las consecuencias de una sequía se han manifestado tanto en el campo como en las mismas personas. Hay noticias de sequías en 1312 y también en 1421, cuando el jurado de València Francesc Soler gastó grandes sumas de dinero para que no faltara el abasto de trigo a la ciudad con motivo de la gran sequía que se padecía. El período comprendido entre 1749 y 1753 afectó al norte peninsular. Más reciente es la de la década de 1840, que derivó en una crisis agraria en el sureste español y que originó las palabras del capitán general de Valencia en 1846: 
“es tan dura la situación que...[los jornaleros y agricultores] han tomado la triste alternativa de perecer de hambre con sus familias o emigrar pasando a las vecinas costas de África”. 
En total, parece ser que alrededor de unas 20.000 personas de toda la provincia decidieron partir hacia Argelia, los futuros pied-noir. Más recientemente, ya durante el siglo XX la dinámica de ausencia de lluvias ha estado presente en más de una ocasión. Al respecto, es muy interesante la información proporcionada por Gaietà Garcia Castelló (1877-1959), quien ofrece un archivo climático sobre Gandia y su comarca. Así, gracias a los datos que él mismo recopiló, relacionó las sequías con ciclos de diez o doce años, coincidiendo con los períodos de manchas solares, reflejándose este hecho en las escasas precipitaciones anuales de los años 1915-1917, 1926-1928, 1937-1938. Más recientemente, es especialmente recordada la sequía entre 2005 y 2009 con las Tablas de Daimiel completamente secas o la de 2017.
Evidentemente, la sequía conlleva la búsqueda soluciones que mitiguen sus efectos. Una de ellas, muy repetida a lo largo de la Historia, son las procesiones rogativas, como las del 25 de enero de 1441 en Igualada. De modo más terrenal, ya en época del rey Jaume II, por una disposición suya del 6 de junio de 1321, en algunos lugares se podía utilizar el sistema de distribución del agua conocido como tandeo, utilizado cuando el caudal del tío Turia es inferior al normal. De este modo,  los llamados "pueblo-castillo" podían recibir toda el agua que pudieron del río durante cuatro días y sus noches sin ninguna restricción. los cuatro días y noches siguientes el caudal sería para los otros pueblos de l'Horta de València. Evidentemente, los pleitos fueron constantes por este motivo. Otra solución planteada fue el trasvase entre el Júcar y el Turia en 1372 y que se retomó durante la sequía de 1374, esta vez  tomándola en Tous y llevándola cerca de València. El trasvase, tanto de esta cuenca como el realizado entre otras cuencas hidrográficas, sigue presente y de actualidad, originando disputas entre regiones y territorios, como los vividos en otras épocas. Además de las modernas desaladoras, las medidas contra la sequía hay que tomarlas, siguiendo a la Agencia Estatal de Meteorología, (AEMET) cuando aún hay suficiente agua en los embalses y y evitando el derroche del agua dentro de un consumo responsable.

Mientras tanto, y a la espera de las lluvias y de los efectos del calentamiento global, la sequía ha vuelto de nuevo. 
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