¿Por qué tanto interés en las previsiones de lluvia para Semana Santa?
Cuando queda poco más de una semana, las previsiones se multiplican
La fiabilidad, a tanto tiempo vista, es menor
En muchos lugares, la Semana Santa comienza el Viernes de Dolor, o lo que es lo mismo, el próximo 22 de marzo. Los días importantes y festivos son, por tanto, a partir de ese día y bien entrada la semana: Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado Santo y, en algunos puntos de la geografía española, hasta el lunes siguiente de Pascua. Hablamos, por tanto, del periodo comprendido entre el 22 de marzo y el 1 de abril. ¿Por qué tanto interés en la previsión?
Para responder a esta pregunta, hay que entender básicamente cómo funciona la dinámica atmosférica. La corriente en chorro, o Jet Stream en inglés, es un río de aire a gran velocidad que rodea el planeta en las capas altas de la atmósfera y que regula circulación general de la atmósfera. Durante los meses de invierno y verano su celeridad mantiene la estabilidad en las capas bajas, mientras que durante el otoño y la primavera pierde fuerza, se ralentiza y comienza a ondularse. Cuando esto sucede es frecuente la llegada de borrascas y de bolsas de aire frío que se descuelgan de esa circulación . Es entonces cuando hablamos de DANA o gota fría. A este hecho hay que añadir que una previsión es más fiable cuanto más cercana en el tiempo, por lo que los pronósticos a largo plazo pierden efectividad. Para la meteorología, por tanto, primavera y otoño son los más difíciles para hacer pronósticos fiables, dada la inestabilidad en las capas altas.
Dicho esto, en los medios de comunicación empiezan a proliferar pronósticos para la Semana Santa y la pregunta que cualquiera puede hacerse es muy sencilla: si queda mucho aún y pierden fiabilidad, ¿por qué se hacen? Por desgracia, las respuestas pueden resultar más complejas.
Un primer motivo pueda deberse al impacto económico de las vacaciones de Semana Santa. Planificar, contratar y asegurarse la plaza de hotel puede suponer un ahorro para los visitantes y una gran alegría para las zons turísticas. Por contra, una previsión de mal tiempo puede ocasionar lo contrario, comenzando por las cancelaciones. No olvidemos que el turismo es el gran motor de la economía española.
Otro motivo puede relacionarse con el interés de los medios de comunicación, sobre todo los digitales, por generar contenidos y, por tanto, lectores. Estos lectores son al final los que generan los ingresos del medio. No hay que confundir con que la información sea falsa o engañosa: simplemente se crea un hilo de noticia para mantener informado al lector durante cierto tiempo.
En tercer lugar el modo de vida consumista, en este caso por consumir contenidos. Las noticias en internet raramente están visibles dos días, dependiendo del impacto, o incluso desaparecen el mismo día, según la importancia de la nueva noticia. Los lectores no leen prensa escrita, sino titulares de prensa. Es el mundo consumista, junto con las prisas que este modo de vida conlleva.
Por último, la ideosincrasia de un pueblo como el nuestro que vive del sol, del buen tiempo y que desea cualquier excusa para disfrutar del tiempo libre es otro motivo, así como de las ganas que se tengan por ver el sol o la necesitada lluvia.
Así pues, a raíz de esto surge una cuestión. ¿Cómo hacemos entonces para tener predicciones fiables? La página web de AEMET nos da una pista: sus predicciones no van más allá de siete días, teniendo en cuenta que el séptimo día puede cambiar. Por tanto, también es importante seguir los canales oficiales ya que los avisos de fenómenos extremos se realizan prácticamente al momento. Otra pista la ofrecen los mismos informativos. Cuando la tendencia es a la estabilidad, la previsión que ofrecen es a largo término, tal vez cuatro o cinco días con seguridad, una semana si la estabilidad es muy clara. Por contra, si la tendencia es insegura, los mismo informativos acortan su predicción.
Sea como sea, la cuestión es que la cercanía de las fiestas, de las vacaciones o de cualquier evento, seguiremos mirando al cielo.
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